Posteado por: Don Quejoso | octubre 27, 2008

La ortografía ¿languidece?

La flojera, la ignorancia, el conformismo, la indolencia y la “moda” son algunos de sus principales enemigos. El respeto por la palabra escrita se pierde a manera de juego e indiferencia para convertirse en un compañero incómodo de nuestras vidas.

La ortografía, tiene todo el significado en su misma palabra: En griego “Orthos” significa correcto y “GRAPHÉ” escritura; la misma palabra nos indica que la ortografía es la manera correcta de escribir.

  • La ortografía a tu alcance

Ya no estamos en los tiempos de las grandes bibliotecas en donde se respiraba el culto por la palabra escrita en volúmenes oscuros y escondidos resguardados por celosos bibliotecarios que los cuidaban como auténticos cancerberos y donde eran pocos los afortunados a encontrar un espacio reservado a la lectura y aprendizaje guiados por el correcto uso de la lengua.

No es tampoco el tiempo de nuestros padres y abuelos, en el que era muy difícil encontrar la oportunidad y los medios para asistir a una escuela y dedicarse a ella en lugar de las tareas de mantenimiento del hogar o la familia.

Estamos ya en el siglo 21, y todos nosotros afortunadamente hemos tenido la oportunidad de haber estudiado, por lo menos hasta secundaria. Estamos en la época de la libertad de comunicación, vivimos en los tiempos de la información, de la expresión y del Internet. Y pareciera increíble que ante tanta libertad nos falten sólo las ganas de aprender, y el respeto por la cultura escrita.

  • La indiferencia como excusa

He escuchado algunas razones que las personas con mala ortografía tienen para justificarse, pero sólo han sido pretextos. ¿Qué tiene? –dicen algunos- Al final de cuentas entiendes lo que quise decir, ¿o no?. Claro, si… si entiendo lo que dices, pero no porque tú lo hayas hecho bien, sino porque yo tuve que imaginarme cual cosa es la que quisiste decir!. Por lo tanto el mérito es mío y no tuyo.

Cuando alguien llega a mí con un escrito formal con faltas de ortografía, lo primero que pienso es que ésta persona no es tan profesional como dice ser. A lo mejor no sé a que se dedica, no sé si tiene experiencia, y tampoco sé si es bueno en lo que hace o no, pero yo lo que veo es que no le pone suficiente empeño en lo que hace. Veo a un mediocre.

Y no es por juzgar “a la ligera”, sólo es pura observación. Todos nosotros hemos ido a la escuela y aprendimos (o debimos aprender) las BASES de nuestra cultura escrita. Y, como en todo, si las bases no están firmes la estructura que se soporte resultará frágil. Una de éstas bases es sin duda la ortografía.

  • Una opción inteligente

Respetando las excepciones, pero ¿se han fijado que entre más bajo sea el nivel cultural de un individuo, más probabilidades hay de que este tenga faltas de ortografía?. Y no es sólo por estudiar o no estudiar, no. Estudios han reflejado que la ortografía está ligada directamente al coeficiente intelectual de los individuos.

O sea, en otras palabras, el más tarugo es el que comete más faltas de ortografía… entonces ¿por qué caer voluntariamente en éste hoyo?

  • Escritura anárquica


El correo electrónico, el chat, y hasta los mensajes de texto vía celular, han desangrado a la ortografía de una manera “divertida” para muchos, especialmente los más jóvenes. La indignante moda de escribir con símbolos y abreviaturas a manera de jeroglífico, hacen del lenguaje escrito algo tan ilegible como insultante.

La escritura disléxica, el deletreo onomatopéyico, los símbolos y letras de otros idiomas usados como sustitutos parecerán a muchos como una manera de encontrar una identidad propia dentro del inmenso mar de personas con el mismo acceso a la tecnología, pero con ello van olvidando, o simplemente despreciando a la manera correcta de la escritura, y lo verdaderamente alarmante es que después de varios ciclos de repetir lo mismo se llegará a tal punto en el que las personas no sabrán escribir de otra manera. En otras palabras, están aprendiendo a escribir mal, y no conocerán que alguna vez hubo una manera correcta. Y sumados a los miles y miles de jóvenes en la misma situación; y más los que año tras año entran al jueguito, harán de la escritura una expresión anárquica e incontrolable en un futuro a mediano plazo. Y no es predicción a la Walter Mercado; son simples matemáticas.

¿Qué debemos hacer entonces? ¿prohibir a los más jóvenes ese tipo de escritura? No!.. la historia nos ha demostrado que la prohibición sólo anima a las personas a romper reglas por romperlas, y no por la convicción del acto en sí. Sin embargo, la solución no es tan fácil. Luchar contra la corriente nunca será fácil.

Yo creo que lo importante es que proporcionemos mecanismos de información, para asegurarnos que los chavos entiendan lo que hacen. Que se diviertan, si, pero que no olviden que tienen que volver al camino correcto; que entiendan que algún día van a llenar una solicitud de empleo, y que no será grato encontrarse faltas de ortografía ni símbolos raros en las formas. Que te rechacen tu solicitud ya no es divertido.

  • Mi granito de arena

La ortografía perfecta es muy difícil de lograr y nadie está exento de errar. Pero desgraciadamente para muchos, el hacerles notar que cometieron una falta de ortografía, es hacerles notar su estupidez; pero para muchos otros (como yo) es una manera de aprender de los errores. Yo siempre agradezco cuando me hacen notar una falta de ortografía (o de cualquier otra), y me gusta hacerlo notar también. Si la persona a quien le expuse su falta no lo toma a bien, dejo el asunto tal cual es su criterio: ¡cerrado! y no vuelvo a tocar el tema. Creo que como en todo, el tacto es importante, pero hay personas muy muy cerradas.


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