Posteado por: Don Quejoso | febrero 15, 2010

El que tenga tienda, que la atienda

…y si no, que la venda.

Así dice el dicho, y creo que tiene toda la razón. Y viene al caso por el tiempo que abandoné este blog. Sumido en otros pensamientos, distraído con otras cotidianidades.

Te pido perdón, blog.

Perdón por el abandono, el dejamiento. Por no ser bueno ni para decirte buenos días. Por acostumbrarme que estás ahí, como una estatua de parque.

Puse mi vida en pausa eso fue lo que pasó. Han transcurrido mis días y yo manejando en piloto automático.

Ejecuté paso a paso mi rutina salvando el día bajo el precepto de los doble A: Un día a la vez.

Pero por más rutinaria que sea la vida siempre hay cosas que te hacen despertar del letargo, de la fascinación. Y eso pasó la semana pasada. Me di cuenta de que he estado caminando sin rumbo, pero sin dejar de caminar. El problema de caminar por caminar es que se corre el riesgo de caminar en círculos. Y justo eso me pasó:

Me di cuenta de que estaba pisando mis propias huellas. Estaba volviendo a recorrer el camino que elegí para huir del problema al que volví.

De vuelta al punto de partida. Preguntándome si dar de nuevo el primer paso.


Respuestas

  1. Blog, espero que me perdones.

    Mira, ya te puse nuevo look.


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